Una succión deficiente puede repercutir de manera negativa la ganacia de peso del bebé y la producción de leche materna de la madre. Por ello, es crucial identificar a tiempo las posibles razones detrás de una succión inadecuada que no permitan una correcta transferencia de leche.

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La lactancia es una curva de aprendizaje como todo en la vida y, aunque es un acto natural, no es instintiva y las diadas necesitan mucha práctica los primeros días. Los siguientes pasos te ayudarán a lograr colocar a tu bebé de forma correcta y evitar lastimarte o sentir dolor al amamantar.

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Uno de los mitos más frecuentes que escuchamos cuando una mamá tiene una cesárea, ya sea programada o no, es que no va a poder amamantar. Si bien esto es falso, es cierto que después de una cirugía como la cesárea, la madre puede verse imposibilitada de dar el pecho inmediatamente debido a las rutinas hospitalarias que separan a la madre del bebé por largos periodos. Esto puede retrasar el inicio de la lactancia y desencadenar una serie de posibles obstáculos.

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La almohada o cojín de lactancia es quizás el regalo o compra menos necesaria que puedes obtener durante tu embarazo ya que la mayoría de las veces a la hora de amamantar se convierte en un obstáculo para posicionar correctamente a nuestro bebé si no sabemos cómo usarla. 

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Solo el 48% de los ninos y ninas a nivel mundial reciben leche materna. Y se estima que para 2025 la cifra aumente a un 50%. La evidencia científica ha dejado claro que un parto con mínima intervención y la práctica de mantener al recién nacido en contacto cercano con la madre después del nacimiento (evitando separaciones prolongadas) garantiza un flujo natural y adecuado de la lactancia. Pero, ¿realmente esto se cumple?